miércoles, 26 de enero de 2011

Las luces se apagaban, la intensidad no era la suficiente en aquella foto que adornaba la estantería de aquella lujosa casa, en ese pequeño barrio de pobres. Si intentas encender la farola mas baja de todas te podías quemar la mano; al principio parecía  fácil,; el barrendero te dejaría los utensilios  para que llegar a ella fuese más fácil todavía, lo intentarías, pero al primer intento tu mano débil se quemaría. Tus lágrimas con ganas de ser lloradas saldrían de aquel pequeño lacrimal sin ninguna pena de abandonar ese triste y a la vez, bonito lugar que formaba parte de alguna persona en todo el hemisferio.

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