martes, 13 de septiembre de 2011

Losing

Me intimida su mirada después de tantos meses. A contrareloj mido el tiempo que aguanto sin decir una palabra, mientras él puede decirme todo lo que ha hecho de lunes a viernes. Desde levantarse, hasta decirme que me había colgado el martes por la noche porque le parecía que mi voz estaba demasiado cansada. 
Pero que todo lo recompensaría al día siguiente con salir por la noche, y verte con uno de tus vestidos de una tienda desconocida, pero que con un colgante de un elevado precio lo harías perfecto, pero nunca mejor que tu cuerpo en las noches de luna llena. Porque de rutina nosotros no necesitábamos nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario